Publicado en el diario Sur en marzo de 2009
El comisario de Policía jubilado José Cabrera, que perteneció a un grupo pionero en la investigación de estupefacientes en España, presenta hoy en El Corte Inglés su libro 'Vivencias de un policía. Tráfico de drogas en la Costa del Sol 1976-1992', en el que revela entresijos de las grandes operaciones que llenaron las páginas de los periódicos.
¿Qué le lleva a un policía a escribir sus vivencias profesionales?
Fue una inquietud que tenía siempre. En aquellos años pensé escribir un diario sobre nuestras vicisitudes, pero el tiempo nunca me lo permitió. Una vez jubilado, empecé a repasar documentos, copias de informes que había hecho, fotografías. Y me reavivó el deseo que tenía de escribir. Pensé que si no escribía esa parte de la historia de la lucha contra el narcotráfico en la Costa del Sol se perdería.
¿Qué tiempo ha empleado en escribir el libro?
Lo inicié en octubre de 2003 y lo terminé en noviembre de 2004, pero a tiempo parcial. Después añadir algunas cosas, a raíz de la muerte de aquel niño en una peluquería de Marbella a consecuencia de un ajuste de cuentas. En algunos de los informes ya decíamos que sucedería.
Desvela nombres y apodos de confidentes, ¿no teme que alguno de ellos le incomode figurar en el libro?
No, no. Están cambiados. No hay ningún nombre real de confidentes en el libro. Son nombres supuestos. Los nombres de los traficantes también han sido cambiados, no los de aquellos que salían con frecuencia en los medios. Estamos hablando de personajes públicos. Sí figuran los nombres de los compañeros porque no he querido arrogarme el protagonismo de aquella historia.
El libro pone de manifiesto la entrega y dedicación de aquellos policías de los años setenta y ochenta, sin horas ni días de descanso, sin medios. ¿No cree que ahora el policía está más cómodo?
Yo creo que ahora se confía más en la tecnología, en las nuevas herramientas. El disponer de ordenador y de una base de datos es importante para investigar. Nosotros no teníamos nada de esas cosas. Creo que ahora están más volcados en la tecnología que en visualizar la actividad de los delincuentes en la calle. Eso requiere mucho tiempo, mucho esfuerzo. Es otra forma distinta de trabajar y de investigar. Aquella era la Policía en estado puro. Antes teníamos que ir a la calle a descubrirlos y hoy, con los ordenadores y las bases de datos se consiguen sacar hilos para investigar. Cuesta mucho salir de la oficina.
¿No está excesivamente mitificado el Grupo Especial de Investigación de Estupefacientes 'Costa del Sol'?
Fue una época. Hoy en día, ¿quién se acuerda del grupo? Sólo los de mi generación. En el cuerpo sí fue mítico. Estaba considerado dentro de la corporación. La mitificación vino por la cantidad de trabajo que hacíamos. En 1980 nos dieron el Master de Popularidad. Por tanto, esa mitificación no fue gratuita.
En su libro no sale muy bien parada la Guardia Civil.
No, no es eso. En aquellos tiempos había una rivalidad entre los dos cuerpos. Y lo que cuento es porque se producían interferencias o choques que no pasaban a más. Era evidente. En el libro no cuento los méritos de la Guardia Civil; cuento lo que a veces, con nosotros, ocurría.
¿Desaparecerán algún día los recelos entre los dos cuerpos?
Recientemente he leído que se produce algún problema. Siempre ha habido sus más y sus menos. Son dos maneras distintas de concebir la operatividad y la actuación. Nosotros éramos un grupo de inspectores, todos iguales, y ellos estaban sometidos a una jerarquía. Yo he recurrido a la Guardia Civil en algunas operaciones, pero ellos no han recurrido a nosotros.
Fuente: diariosur.es